jueves, 12 de febrero de 2009

Justicia injusta I

Siempre se comete error al generalizar, pero también es más fácil, por sentido común y prevención de males mayores, quedarse con la peor parte de las cosas como recordatorio de qué tan mal puede ir todo y cuán malintencionadas pueden ser otras personas.

Como no hay prueba que sustente una sola palabra, no daré dato alguno que permita localizar el caso, pero seguro que es uno de tantos que se dan a lo largo y ancho de la geografía española (y francesa, y china, y...):


Érase una vez una muchacha guardando una plaza de aparcamiento, con tan mala suerte que un señor trajeado llegó en su cochazo con intención de aparcar, obligando a la muchacha a dejar libre el aparcamiento que guardaba. La muchacha en cuestión tuvo la osadía de recriminar al individuo: "Mucho traje, pero educación, ninguna". No sabía lo que hacía, la insensata. Montó en el coche de su compañero y marchó.


A los días, llega a su casa una denuncia por ocupación de plaza de aparcamiento y por rayar el coche en cuestión por valor de X € (supera los 300 €, así que toca ficha policial).


Acuerdo con abogados por un importe menor para reparar unas rayas que no ha hecho, ante la afirmación de que el individuo trajeado iba con su suegro (que no estaba), que fue testigo de todo (mentira).


¡Ale!, a ver a quién creen en el cuartelillo: al colega, o a una desconocida que afirma ser inocente.

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